¿Quiénes son tus aliados en el inframundo? Para que puedas confiar y atravesar con ojos abiertos lo que está pasando, ¿aparecen? Para tocar con el arrojo que hace falta el abismo -el propio y el de alrededor (o este abismo: que exista tal separación)- y apoyarte en la inteligencia de la tierra y en su resistencia, ¿te acompañan? Cuando el corazón se te acelera, el aire se te atolla adentro y quedás tomada por una ansiedad que no entendés cómo te entra, ¿se quedan a tu lado?
Cuando digo aliados me refiero a aquellos otros con los que te encontrás y sabés que no estás sola. Que te das la mano, te abrazas, te volvés más fuerte mientras caminás con toda tu fragilidad a cuestas por esos bordes afilados e insondables de un mundo que llora, que grita, que sangra.
Esos aliados pueden ser amigos, pueden ser tus hijos, una pareja, o un extraño al que agradeces por esa canción o por esa escena o por esa frase que dispara la magia: si estamos con otros en la misma se disuelve un poco el miedo.