UNA CASA SIN PAREDES
EL LUGAR DE ENCUENTRO Y COMUNIDAD DE SOLEDAD BARRUTI.

Borradores

Este es un espacio de propuestas, ideas, preguntas. Se llama borradores porque me gustan los borradores. Un borrador es algo inacabado. Y a la vez está, y es ese estar dado a la meramorfosis lo que me interesa. Un estado como el de las hojas del otoño que caen blandas a la tierra, o el de los nidos recién habitados, o el del compost y de las semillas viajando en el viento, y entre los cuerpos de los pájaros.

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TEMAS

Entonces, para seguir con la conversación que estábamos teniendo, se trata de permitirnos ser adultas sin dejar de maravillarnos con las sirenas, los espíritus del fuego, las palabras del mar. Abrazarnos a ellos con la convicción y responsabilidad que es habitar esta tierra en esta época. Animarnos a contar las historias que liberen a la apasionante búsqueda de verdad de su encierro en esta cárcel de razón, que tiene características tan poco razonables que nos están llevando al colapso sin que siquiera podamos sentirlo.
En el último tiempo mi hija me hace todas preguntas así: -Los espíritus, ¿son de verdad? -¿Y las sirenas? -¿El agua está viva o es como Papá Noel, algo a lo que juegan con sus familias algunos niños? -¿Somos animales como todos los animales o animales distintos? -¿Cómo es que tierra se acuerda de cosas? -¿Dónde está lo vivo que está vivo? -¿La magia existe? -¿Podemos ser jaguares otra vez cuando lleguemos a la vida de muertos?
Empecé a tener amigas cuando tenía entre 8 y 9 años, antes de eso el mundo humano me resultaba intimidante. Eran amigas las que empezaba a tener porque iba a un colegio solo de mujeres al que me habían cambiado a mitad de tercer grado porque, si bien me pasaba con todos que me daban susto y ganas de desaparecer, con los varones era aún peor. Aprendí de juegos, canciones, vestimenta, modismos en un tiempo récord, de tercero a cuarto grado. Me adapté hasta parecer lo que se esperaba que fuera: una niña normal de Buenos Aires. De día hasta yo misma estaba convencida de haberlo logrado. Pero de noche emergía otra cosa.

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